viernes, 25 de septiembre de 2015

"Haría lo imposible por estar contigo"

Soy Samir Talibí y tengo 18 años recién cumplidos, soy alto, muy moreno y de constitución fina. Desde pequeño quiero estudiar medicina, pero en mi país no es posible, entonces me gustaría conseguir llegar a Alemania; esto no creía que fuera posible porque las fronteras están muy controladas y los refugiados como nosotros no conseguiríamos salir nunca, pero un día todo cambió. Eran las nueve y diez de la noche, yo caminaba hacia la tienda de la esquina a por pan para cenar cuando la ví: una chica de rasgos árabes pero con unos sorprendentes ojos azules. No tardé en darme cuenta de que era Shaila, la hija del peor enemigo de mi familia, alguien con quien me tenían terminantemente prohibido dirigirme la palabra. Pero era tan bella..., se le veía muy buena persona y no dudé ni un segundo en saludarla. Ella me ignoró porque tampoco tenía permiso para hablarme; yo la insistí convenciéndola de que podíamos ser amigos en secreto, y acabó cediendo.
Pasaron varias semanas, yo estaba enamorado de ella perdidamente y ella me había dejado claro en varias ocasiones que el sentimiento es mutuo. Me decidí aquel 24 de Agosto a pedirle salir, a intentarlo por los menos; se le pusieron los mofletes rojos y miraba para el suelo, señal de vergüenza supongo, pero finalmente me dijo que si. Todo iba perfecto hasta que un día nos vio Ahmed, el hermano menor de Shaila. La castigaron sin salir y le dieron varias palizas entre todos los varones de la casa, lo mio fue más leve, me prohibieron ir a la calle sin compañía de alguno de mi familia.
A la semana siguiente cuando ya se le había pasado el enfado a mi padre, salí de casa sin que se diera cuenta y fui a buscarla. Le expliqué mi plan para poder estar juntos, y a ella le daba miedo, pero me dijo que haría lo imposible por estar conmigo aunque esto significara no volver a ver a su familia nunca; y decidimos dar el paso, nos dirigíamos a las fronteras de Melilla. Teníamos todo muy bien pensado y meditado, no había cabos sueltos.
Nos metimos como polizones en el barco pesquero "el Tito Antonio", todo gracias a la inteligencia de Shaila y su conocimiento sobre esa compañía pesquera, se sabía las horas de viaje, las entradas del barco, la disponibilidad de embarcación, y así nos resultó relativamente fácil. Pero, nuestro destino no era España, pensamos que sería demasiado obvio para cuando nuestras familias comenzaran en nuestra búsqueda. Y sin dudarlo, nos pusimos rumbo a Alemania, aunque este viaje fue bastante más sencillo, tuvimos varios problemas con los pasaportes, pero nada con demasiada importancia. Y hoy, 10 de Febrero puedo decir orgulloso, que he conseguido mi gran sueño acompañado de la mujer a la que amo, y que hoy, empiezo a estudiar medicina con ella.