¿Sólo leemos a los extranjeros?
Se publica en la Fundación de José Manuel Lara, la recopilación de entrevistas que concedió el poeta entre 1901 y 1958: Por obra del instante
la Fundación José Manuel Lara publica Juan Ramón Jiménez. Por obra del instante, la primera recopilación de las entrevistas realizadas al escritor. La mayoría son entrevistas concedidas por el autor entre 1901 y 1958, pero algunos son fragmentos de epistolarios o recreaciones literarias realizadas por amigos y conocidos a partir de sus encuentros con él, firmadas por Rafael Cansinos Assens, Ramón Gómez de la Serna, Giménez Caballero, Rafael Alberti, Carmen Conde o Ramón Gaya.
La historia de este libro comenzó cuando González trabajaba en la Sala Zenobia-Juan Ramón Jiménez de la Universidad de Puerto Rico, país donde la pareja vivió sus últimos años. Allí, la estudiosa descubrió una carpeta en la que, bajo el título “Entrevistas y cuestionarios”, el autor comenzó a reunir estos materiales. Desde entonces y de forma intermitente, González ha realizado una labor de investigación que la ha llevado a consultar miles de documentos en la preparación de este volumen.
La principal aportación de este libro es que ofrece “un Juan Ramón vivo y directo, que asombra por su honestidad y su franqueza y da mucho juego a los periodistas con sus respuestas”. El volumen aporta una visión diacrónica de su vida y recoge “sus momentos más importantes, sus problemas, sus cambios y sus discusiones con otros escritores”. Estas disputas fueron sonadas y constantes, aunque “a menudo la anécdota maliciosa, que ha hecho de su vida un efectista repertorio de legendarias excentricidades, se ha impuesto sobre el dato veraz”.
“A los poetas del 27, con excepción de Lorca, Alberti y Cernuda, les echa en cara que son poetas voluntarios, que se proponen hacer un poema sobre un tema y lo cincelan como moldes de escayola. A Jorge Guillén le critica que escriba un poema cada seis meses”, explica González. Y es que para JRJ, “el poeta debe ser el hombre que arde como una llama viva, que está siempre ardiendo”. Y remata: "En España no hay nada. Yo sólo leo a los extranjeros". A mí tampoco me leen en España. Aquí no hay las minorías inteligentes que en Francia, por ejemplo, o en Inglaterra. Con todo, Antonio Machado en su primer libro, Castilla, dio algo. Ahora está parado”.
.“Yo escribo solamente para mí y para unos cuantos elegidos... Yo sigo en la Torre de Marfil, yo me mantengo fiel al arte puro...”. Así era Juan Ramón Jiménez y así se mostraba. Un intelectual distante y severo, un autor ajeno a catalogaciones generacionales y ensimismado en su obra, pero atento desde su atalaya al mundo y a sus poetas contemporáneos, y no dudaba en dar su descarnada opinión sobre literatura y política cuando se lo requerían