y nadar a la vez,
no paro de hablar
de tu extraña forma de pez.
Mirar y mirar
unos años atrás
pensar en lo mal
que lo pude pasar.
Sin ti, mi fiel amigo
compañero de viajes
por el cielo y por el mar,
y encima poder conversar
con tu navegador oficial.
Gracias a ti pude llegar,
a lo más alto del universo
y a las entrañas más profundas,
del azul mar.

Poema dirigido a un coche volador y submarino.
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